Mantengan el
‘ORO SOLAR’ encendido en vuestros corazones. Esta pauta es cumplimentada al
ahondar en el significado del “Yo” y el “no-yo”.
Es
a través del camino del Gñana, el
‘conocimiento de sí mismo’, como llegaréis a mantener encendido el “Oro Solar”
en vuestros centros cardíacos.
En primer lugar debe ser entendido que la expresión
“no-yo” hace referencia a todo aquello que “no es” verdadero en el ser, es
decir, lo que “no es” permanente y eterno. El ‘no-yo’ es lo que NO es ‘el Ser’,
sino que son ‘envolturas’, o bien, ‘vehículos’ o ‘instrumentos’ que el Ser
utiliza para expresarse en los diferentes mundos o regiones morontiales (planos
intermedios de vida, existentes entre las esferas ‘física’ y ‘espiritual’). Las
energías colectivas humanas discordantes (no alineadas al “Propósito
espiritual”) también forman parte del “no-yo”.
ATMAN (1), el Ser mismo, universal y eterno, toma
forma de incontables “chispas” a partir de su propia substancia inmortal, y
“desciende” (en sentido figurado) a regiones (esferas) donde puede tomar
cualidad a través de la experiencia. ‘El Ser’, ATMAN, es por lo tanto, el
Espíritu Universal, cuya esencia es “ESPÍRITU PURO”, amorfo e indivisible, sin
tiempo, y omnipresente.
Una “chispa” o “átomo” del Atman Universal tiene una
influencia vibratoria magnética en un radio de 16 millones de kilómetros a la
redonda, (tomando en cuenta su manifestación e influencia material-espacial).
Un solo ‘átomo átmico’ (un átomo del
Espíritu Universal) tiene esa radiación, pero debe llegar a ser activado en
forma de CONSCIENCIA a través de la Evolución.
ATMAN es el Ser,
el verdadero “YO”, y los hombres son “átomos átmicos”, es decir que cada ser
humano es, en esencia, una minúscula partícula atómica del Espíritu Universal.
Pero no por ello debe el estudiante
pensar que los ‘átomos átmicos’ son “individuales”, en el sentido de estar
separados unos de otros, por que no es así. (Esa es la forma imperfecta como la
mente cerebral suele entender deficientemente estos conceptos). La verdad es
que todos los incontables átomos espirituales forman parte indivisa del “SER”,
ATMAN, ‘EL ESPÍRITU UNIVERSAL’.
Podéis imaginar
miles de millones de “gotas” que, habiéndose formado por la evaporación del
agua del mar, y condensándose luego en las nubes, caen nuevamente sobre el mar
en forma de copiosa lluvia, fundiéndose nuevamente con su Fuente. Así,
análogamente, es como sucede con la Vida
Divina.
La Vida Divina
es como un gran Océano inagotable, el Ser Absoluto, que por un misterioso
proceso alquímico muy superior a cualquier finita comprensión, desprende de su
substancia (como por ‘evaporación’) porciones de su Esencia, las cuales al
condensarse se transforman en “chispas de
vida” (las “gotas”). Pero en ningún momento puede decirse que tales “unidades de vida espiritual” no forman
parte del Océano Espiritual, ya que de El surgen (pero sin ‘separarse’) y a El
vuelven (aunque no necesitan “volver” de donde jamás se han separado en
realidad… Las ‘palabras’, teniendo carácter dual, limitan para expresar lo no dual). Todo ese
proceso, por el cual las “gotas” nacen y vuelven al Océano, es parte de un
‘ciclo natural’.
Puede decirse que el Océano de la Vida Divina no existe
sin sus “ciclos” de manifestación e Inmanifestación. Los “ciclos” forman parte
de la naturaleza del Océano de Vida
Universal.
El conocimiento del “YO” y el “no-yo” tiene que ver
directamente con el cuento simbólico de “las gotas y el Océano”…, y bien
entendido, es un conocimiento de gran importancia en la senda que conduce a la
Verdad de la Vida. Ahora bien:
¿QUÉ ES EL “YO”?
No hablamos aquí del yo individual, psicológico, claro
está, porque en ese “yo” aún permanece el germen ilusorio de la ‘separatividad’
(la idea de “la gota” separada del “Océano”…). Hablamos aquí del verdadero Yo,
el que no conoce divisiones. Estamos refiriéndonos al Yo trascendente e
inmanente en todas las cosas, en todas las formas creadas. Este es el Yo real,
el “SER” en todo (el ‘Océano’ en
todas las formas, o ‘gotas’).
“Todo el sendero espiritual
que deben recorrer todos los estudiantes del mundo es el reconocimiento
consciente de su verdadero y auténtico Ser”.
Parece
simple y claro, pero no lo es, debido a que el “ego inferior”, separatista,
confunde al peregrino de mil maneras. El ego inferior o yo psicológico es aquel
nivel material de la conciencia humana donde se entremezclan las emociones y el
intelecto, los deseos y la mente…, generándose miedos y creándose espejismos de
toda clase. Este “enredo” en el cual la mente humana ha caído es el gran
desafío a superar. Esta “gran prueba”, que forma parte de la evolución misma,
es para el hombre que busca la verdad: “El
Sendero”; el que recorren las “gotas” (almas) hasta descubrirse en el
“Océano”…, (el YO UNIVERSAL).
¿QUÉ ES EL “NO-YO”?
Las energías del cuerpo físico-etérico, del cuerpo
astral, y las energías del cuerpo mental, cada una con sus correspondientes
vidas elementales que otorgan energía y sustancia a cada plano y ‘principio’
son el ‘no-yo’. Esos elementos que
conforman los cuerpos físico, astral y mental en el ser humano y que tienen sus
propias tendencias y hábitos son el “no-yo”, sin embargo, bien purificados y
alineados, pueden ser “el vehículo” del verdadero ‘YO’.
Veamos un ejemplo: Mientras el cuerpo físico está
padeciendo cansancio, sueño o hambre, el cuerpo astral puede estar deseando
diversión de algún tipo (lo contrario a la necesidad del cuerpo físico), y el
mental, con sus mandatos sociales, culturales (etc.) se puede sentir obligado a
responder a otras obligaciones autoimpuestas (contrarias a las necesidades de
los otros 2 cuerpos, el astral y el físico). Este es un ejemplo muy simple,
pero la realidad del ser humano suele ser mucho más compleja, existiendo en
cada vehículo o cuerpo necesidades múltiples y contrapuestas entre sí, como si
cada deseo o necesidad fuese un “yo” independiente reclamando atención. Tal es
el nivel de conflicto y contradicción que suele existir en la psicología
humana.
Son muchas las “voces” de los ‘múltiples yoes’ en la
conciencia inferior del hombre, pero tales “yoes” no son el verdadero YO. Todas
esas ‘tendencias’ forman parte del ego inferior o “no-yo”, y hasta que el
peregrino no comienza a estudiarse y a conocerse
a sí mismo, no deja de prestarles atención, o bien, a colocar a cada cosa
en su justo lugar, de acuerdo a los verdaderos requerimientos y lineamientos de
su Yo verdadero.
A este Yo verdadero muchos le han llamado “YO SUPERIOR”,
y puede estar bien para empezar a distinguir y a discernir entre las energías
superiores (de la “Tríada Superior”) y las energías inferiores (“cuaternario
inferior”(2)).
Pero si se ahonda en los conceptos se verá con mayor claridad que la distinción
entre “yo inferior” y “Yo superior” es también incorrecta, ya que el yo inferior no existe en realidad, es
ilusorio, por ser la identificación de la mente con los vehículos inferiores (y
con las tendencias de tales vehículos). Es decir que lo que muchos
estudiantes designan como “yo inferior” es en realidad el “no-yo”, y siendo
así, ya no hay necesidad de hablar de “Yo Superior”, debido a que no existe el
“yo inferior”.
Este
es un conocimiento básico y un “cimiento” en el camino de la Gnosis, de Gñana,
el camino del Conocimiento a través del Discernimiento.
Estos conceptos, bien entendidos, ayudarán a los estudiantes que empleaban conceptos no
tan precisos, a cambiar de enfoque, saliendo del impreciso dualismo existente
en la idea de “yo inferior-Yo superior”.
La mente entrará así en conceptos más cercanos a la esencia del BUDISMO, que
sin ser la vía que señalamos que deba ser transitada (ya que ningún “ismo” es
la vía), es una filosofía más ajustada a la categoría de nuestras instrucciones
y enseñanzas.
Mantengan el ORO SOLAR encendido en vuestros corazones,
se os dijo…
Ahondando en estos conceptos, así lo harán los estudiantes.
PAZ EN LOS CORAZONES
JERARQUÍA SOLAR
1-
ATMAN: Palabra del idioma sánscrito,
que puede traducirse como espíritu, esencia, naturaleza, aliento, ser,
existencia, etc.
2-
Cuaternario
inferior: Son
los 4 principios constitutivos del yo personal (o 4 cuerpos inferiores). Estos
son el cuerpo físico, el cuerpo etérico (y prana), el cuerpo astral, y el
cuerpo mental concreto (o mente inferior).
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