"CRIATURAS
SOLARES"
Este es, sin dudas, el nombre de todos los seres humanos.
Todos los hombres son, en esencia, “criaturas solares”, por que son mónadas del
Sol peregrinando en la Tierra, revestidas de la figura humana, la cual es solo
un “ropaje” transitorio de esas mónadas.
El Sol de vuestro sistema, Monmatia, es el Padre de las
infantes mónadas que como “chispas solares” emanadas de la Fuente Paterna,
transmigran de reino en reino de vida. En diferentes oleadas de vida han sido
emanadas desde el Sol miles de incipientes mónadas, que como “chispas” nacidas
de un Gran Fuego han recorrido un sendero de evolución, alcanzando la forma
hombre como una cumbre evolutiva hasta el momento.
Fuertes vendavales azotaron el recorrido transmigrante de
las mónadas de diferentes oleadas del Logos Solar, a lo largo de la evolución;
pero el curso del progreso jamás fue interrumpido. La vinculación de las
mónadas adelantadas con “la forma hombre”, es un gran logro evolutivo dentro de
Monmatia. Los antecesores de la forma humana actual fueron razas humanas y
humanoides experimentales que permitieron un progreso según planes arquetípicos
fijados por altas Jerarquías espirituales. Nada ha sido, ni es jamás, realizado
al azar en la evolución. Todo es minuciosamente estudiado por seres cuta
sensibilidad e inteligencia excede en mucho a la humana.
El Plan solar fijó,
en los inicios de la evolución, patrones arquetípicos para una Raza perfecta
humana en la que pudiesen brillar los dones más elevados del Espíritu Solar.
Ese arquetipo vibra
en una alta esfera de Luz, custodiado por guardianes angélicos. Su imantación
radiactiva influye sobre cada raza y subraza que va apareciendo en Urantia,
marcando una ruta y destino.
El Propósito del
Plan Divino para Urantia es generar ‘conciencia consciente’, solar y
espiritual, y es a través de la creación y desarrollo de las razas humanas que
este Plan va siendo cumplido.
Es decir que una
vez que las mónadas preparadas llegan al umbral de un desarrollo más maduro,
entran en la “forma hombre”, ocupando el complejo envoltorio de energías que
conforman la constitución humana, y
allí comienza una nueva travesía para tales mónadas. A este proceso se le ha
llamado como “el paso de la vida grupal (alma animal, grupal) a la
individualidad” (alma humana).
En la actualidad existen 7 oleadas de vida que conviven y
coexisten en Urantia, desde la vida elemental, vegetal, animal, a la humana;
siendo esta última la oleada más antigua, y por lo tanto la que más ha
progresado, en comparación a las restantes oleadas. (Todo esto sin tomar en
cuenta a esos “seres”, con diferentes adelantos evolutivos, que vienen desde
más allá del sistema solar, y que también conviven en Urantia junto a las
oleadas de vida originarias. Estaríamos hablando aquí de "oleadas de vida extrasistémicas", tema del cual la Teosofía y Gnosis tradicional poco y nada hablan).
El reino humano es, entonces, el fruto de una larga
escala evolutiva de millones de mónadas o chispas solares a través de múltiples
y diferentes experiencias en distintos reinos de vida. El hombre es un fruto evolutivo del avance de las mónadas. A medida
que las mónadas avanzan, nuevos desafíos aparecen a los “Señores de las
formas”, por que deben crear nuevos “envases” (vehículos) para dar nuevas
oportunidades de progreso a las mónadas que ya han agotado las posibilidades
evolutivas en las formas que han ocupado.
Todo esto también está sujeto al plan evolutivo, ya que el avance en conciencia, que es lo que
busca la mónada, se logra a través de la experimentación de la vida en los
mundos de la forma, donde suceden los procesos educativos a nivel álmico.
Esta transmisión es un recorte instructivo de grandes
enseñanzas otorgadas a la humanidad, pero que pone de relieve cuál es el Plan
evolutivo en Urantia, y a qué obedece.
El hombre viene siendo aturdido desde hace décadas con
desinformación y ruido mental proveniente de fuerzas involutivas, que solo
buscan su propio provecho egoísta, en detrimento del bien colectivo.
Ya es hora de despertar del sueño material, y volver al
cauce evolutivo consciente. Informaciones como esta son necesarias para
producir un hondo replanteo en la dirección de vida de muchos humanos que aún
duermen su “tranquila siesta” en sus egos de barro.
Urantia se mueve en el sentido y dirección que
ocultamente señala el plan evolutivo. Procurad izar vuestras velas y timonear
vuestros navíos álmicos en la dirección correcta: hacia el Hogar, vuestra
Morada Interna: EL SOL.
Sois “criaturas solares”. Del Sol venís, y al Sol
volveréis, pero transformados en Llamas vivas de comprensión y amor!
PAZ
SOLAR EN LOS CORAZONES
Ver también tema relacionado: http://gnosissolar.blogspot.com/2014/07/50-urantia-una-escuela-experimental-y.html
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